¿Por qué no dar un significado al cómo compramos y a las cosas que compramos? Para esto puede ser muy útil el minimalismo financiero. A grandes rasgos, lo que propone es invitarnos a ver lo material, sobre todo el dinero, con otros ojos. Así, lo que se compra tiene realmente un valor y ayuda a llevar las finanzas personales con equilibrio.
Esta filosofía tiene mucho que ver con el wellness (o bienestar) financiero, el cual propone atender diferentes aspectos del día a día para que esto se refleje en nuestra economía personal. Ambos extienden la invitación a relacionarse de una manera diferente con los hábitos y con el estilo de vida que se lleva, y a ver las cosas como una red de interconexiones.
En este caso, el minimalismo financiero no solo atiende el cómo llevamos nuestras finanzas: también invita a hacernos preguntas y que se vean los hábitos económicos como mucho más que eso.


















































































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